LIBRO: Velocidad de Escape - Mark Dery
VELOCIDAD DE ESCAPE
Mark Dery
Ediciones Siruela
1998
Mexico
Este libro de literatura Ciberpunk, nos acerca a lenguajes, expectativas, sueños, opiniones de una comunidad en la que nacieron nuestros alumnos.
Aunque es del siglo pasado (1998) este libro aún es un poco difícil de leer para nosotros, inmigrantes digitales. Interesante. Muestra aspectos de la Tecnología Digital que nunca nos hemos imaginado y, en muchos casos, la relación entre las nuevas tecnologías y el Arte....
Imperdible. Recomendable.
Un fragmento...
La velocidad de escape es la velocidad
en la que un cuerpo vence la atracción gravitatoria de otro cuerpo, como por
ejemplo una nave espacial cuando abandona la Tierra. La cultura de los
ordenadores, o cibercultura, parece estar cada vez más cerca de ese límite en
el que logrará alcanzar esa velocidad de escape. Marshall McLuhan declaró en
1967 que los medios electrónicos nos han lanzado a un mundo difuso,
entrecortado, de simultaneidad generalizada, donde la información se «vierte
sobre nosotros instantánea y continuamente», abrumándonos a veces. Estas
profecías parecen ahora más certeras que nunca'.
La vertiginosa aceleración americana
de la postguerra se debe casi únicamente al ordenador: ese motor de información
que nos ha arrojado de la edad del capitalismo fabril a la era postindustrial
de¡ capitalismo de las multinacionales. En América, la producción está
sufriendo ese cambio que Buckminster Fuller llamó «efimerización del trabajo»:
la reducción de¡ trabajo hasta llegar a una manipulación computerizada que
sustituya al proceso de producción. Las máquinas de la producción industrial
han dado paso a una economía de la información que produce bienes intangibles:
éxitos hollywoodienses, programas televisivos, parques temáticos de alta tecnología,
modas de un minuto o transacciones financieras que parpadean a través de haces
de fibra óptica hasta terminales de la otra punta del mundo. «Hoy en día sólo
el 17% de los trabajadores americanos lleva a cabo trabajos manufacturados,
frente al 22% de 1980», escribió Robert B. Reich en 1992. Según el New
York Times, las películas americanas «producen el segundo superávit comercial
más importante de la industria americana después de las ventas de aviones,,'.
Los bienes intangibles dominan también el mercado interno: un artículo reciente
del Business Weekseñalaba que «el ocio y la diversión,
no la sanidad o los coches, han dado el mayor empujón al consumo privado, desde
1991. Nos dirigimos, a una velocidad vertiginosa, desde la tranquilizadora edad
del hardware hacia la desconcertante y espectral edad del software, en la que
el mundo que nos rodea está cada vez más controlado por circuitos demasiado
pequeños para ser vistos y códigos demasiado complejos para ser completamente
entendidos.
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